"El lago de los cisnes" a traves de los ojos de alma

Por su naturaleza libre, Alma siempre se ha sentido atraída por las artes y el estilo bohemio de vida. 
Vivía fascinada con la danza en particular, le parecía la mayor expresión del ser en su estado divino, al menos ese era el motivo que ella sentía. 
Como regalo de su primer aniversario de novios con Sergio, se atrevió a comprar sin avisar unas entradas para ir a ver la representación de "Lago de los cisnes" de una prestigiosa compañía rusa. 
No se le olvidará nunca la mirada tierna de Sergio cuando le enseñó las entradas con un aire de niña pequeña, como diciéndole: "Sé que no te dije nada, pero me haría mucha ilusión que fuéramos".
Llega el día y entra nerviosa de la mano de Sergio, como si aquello era su propia función. Se había vestido para la ocasión, pues sentía que su vestido de satén azul eléctrico, merecía la ocasión. 
Empiezan los primeros acordes de la obertura y, aunque ya conocía de sobra la función, algo había distinto en ella ese día. 
De repente sentía un hormigueo en su pecho, la vibración de la orquesta le hablaban directamente a su alma. 
Intenta centrarse, a pesar de los latidos fuertes de su corazón, y empieza el primer acto. Estaba tan familiarizada con el ballet que en su mente estaba adelantándose pasos de baile por momentos. 
Siempre se ha sentido fascinada por la delicadeza que las bailarinas eran capaces de añadirle al papel de cisne, desde el primer instante. Realmente las veía como cisnes sacados de otra dimensión. 
Estaba deseando volver a revivir la felicidad de esa perspectiva, cuando de repente le llega a su cabeza una imagen que no había visto antes: una joven de pelo rubia, ojos claros vistiendo un tutú blanco de su ballet favorito. 
Y la sensación fue más allá: sentía el tacto de ese traje en su cuerpo, la coronita bien anclada con la diadema de plumas, el moñito apretado con mil horquillas, los zapatos de punta forrados por dentro con algodón para proteger sus dedos. Los nervios y la adrenalina del estreno como prima ballerina. 
Lo que en el tiempo físico eran unos instantes, para Alma era una eternidad, pues de repente las mil sensaciones que la avasallaban, la trasladaron a otro tiempo y era todo tan real que le parecía que estaba ocurriendo justo en ese mismo instante. 
Volvía a sentir como esa bailarina estaba calentándose los pies antes del comienzo, escuchando de fondo el bullicio de los demás bailarines, las afinaciones de la orquesta; a una persona dando gritos sin parar en su intento de poner orden, mientras ella se seguía con su propia mirada su mano y sus delicados dedos para elevar su vuelo de cisne con gracia. 
Alma estaba entre el ballet que presenciaba en su realidad física y los flashbacks que le venían, y cae en la cuenta de que le estaban viniendo imágenes de una vida pasada suya como bailarina. No daba crédito, pues la intensidad de la emoción del estreno se le habían grabado tan fuerte que habían viajado con ella hasta la vida presente. 
Siguió viendo el ballet ya con la perspectiva cambiada para siempre: había sido en otra vida una Prima Ballerina!!! 
Ya no era sólo por la libertad de expresión de los bailarines, ni tampoco por la delicadeza o la gracia de las coreografías... Al menos no en esta vida. 

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